lunes, 19 de septiembre de 2011

BRIBONES

Para poder comprender la magnitud del problema ético que sufre el país, para no seguir buscando el ahogado aguas arriba, pero también para que nos abrume la tristeza y caigamos en un escepticismo enfermizo, hay que leer una crónica aparecida en la Revista Semana, y que leo por Internet el 2 de marzo pasado, bajo el título “El Carrusel de los Magistrados”

Constituye todo un rosario, no de indelicadezas, sino de cosas que debieran constituir delitos graves y en consecuencia ser sancionados con dureza.
Transcribimos.

“En dos años y medio, magistrados de la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura les han dado ‘palomitas’ como magistrados auxiliares a cerca de 90 personas (sin contar los magistrados auxiliares que están hoy activos), y gracias a esa ‘palomita’ por lo menos la mitad de ellos, según pudo corroborar SEMANA, se podrán jubilar con pensiones multimillonarias, que le pueden costar al Estado, en total, 140.000 millones de pesos”.

“El detalle más escandaloso es que un juez que se gana cuatro millones de pesos, si logra que le den la dichosa ‘palomita’ de magistrado auxiliar, así sea solo durante un mes, como por arte de magia consigue que su pensión se multiplique y llegue a ser calculada sobre un salario de entre 14 y 17 millones de pesos. La mesada, que es el equivalente al 75 por ciento, le llegará de 10,5 a 12,75 millones de pesos”.

“Los casos abundan. Cenaida Mejía Báez, por ejemplo, era la juez municipal de Chipaque, Cundinamarca, trabajó un mes y diez días como magistrada auxiliar de Julia Emma Garzón y ya está jubilada con el tope máximo de pensión. Lo mismo le ocurrió, para citar apenas otros ejemplos, a Luis Gonzalo Ardila, juez de Bogotá; a Álvaro Rojas Mayorquín, abogado que no registra rastro alguno en Internet; a Elías Cabrera y a Jesús Herrera Cortés, jueces de Ibagué, y a Luis Rojas Tovar, fiscal de Bogotá, que luego de tener una ‘palomita’ de entre uno y dos meses y medio en el despacho del magistrado Henry Villarraga, ya están haciendo su trámite de pensión (ver recuadros)”.

Porque a los abogados nos enseñaron en la Facultad una cantidad de conceptos que en el relato a que nos referimos fueron burlados, violados, transgredidos ostentosamente, a la vista de todos pero escudados en una legislación boba, hecha por bobos… o por tramposos. ¿Cuáles son? Pues, el dolo (aquí aparece de bulto), el enriquecimiento ilícito, el detrimento patrimonial del Estado, la buena fé, la falsa motivación y otros que pasamos por alto.  Estos señores que produjeron esos encargos con torcidas intenciones son unos bribones y deberían estar presos. Los actos por ellos proferidos deberían ser anulados por tener objeto ilícito (el enriquecimiento de terceros), ¿no hay un Juez de la República que le pueda meter el diente a esto?. Pero si la denuncia la hizo el entonces Presidente de la Corte Constitucional como lo relata la revista:
“En febrero de 2009, el entonces presidente de la Corte Constitucional, Nilson Pinilla, lanzó una frase que cayó como una bomba atómica en el Palacio de Justicia: “Hay un organismo terriblemente descompuesto, que es la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, en donde se están tomando decisiones preocupantes”, dijo.
Si esto hacen los más altos dignatarios de la Justicia ¿Qué podemos esperar que hagan los menos importantes?
¿Si la sal corrompe, que nos queda?

FERNANDO AGUDELO VELASCO
Presidente Ejecutivo

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